Seamos francos, ¿realmente estamos emocionalmente preparados para este momento?
Vivimos en una sociedad que ha generado un gran tabú alrededor de un proceso vital tan natural como la propia vida.
Ignoramos el hecho de que ocurrirá, de que en algún momento alguien que amamos partirá o incluso nos toque antes de lo esperado.
¿Qué esperar, cuando esperas a la muerte?
El miedo nos acompaña desde hace siglos, donde llenamos nuestro corazón con todo el dolor de la carga, de no volver a ver, sentir, acariciar, compartir… hasta tal punto que nos saturamos y no podemos sostener la situación.
Y esto me lleva a la reflexión: el duelo es una fase que creo que debemos de vivir todos, por dar lugar, por tener respeto por ese Alma.
Pero el dolor y el sufrimiento, ¿Hasta qué punto son lógicos?
No nos confundamos, llorar es sanisímo. Debemos liberar todo aquello que se mueve en nuestro corazón. Descargar aquello que ya no necesitamos sobre nuestros hombros. Pero una cosa es liberar y otra “auto-dañarnos” conscientemente y que para más inri, socialmente esté aceptado como lo habitual y “normal”.
Hay formas de vivir la muerte menos violentas con uno mismo y más respetuosas con el fallecido.
Si nos hemos criado en esta sociedad no quiere decir que porque algo se hiciera así siempre, es así como debe de seguir.
Creo profundamente que es posible una preparación a la muerte, aprender formas de afrontarlo y obtener visiones diferentes de la misma.
A nadie le gustan las despedidas, pero tampoco es necesario el martirio interno.
Sanar la forma de afrontarlo, te ayudará a sanar tu vida.
Estoy redactando en estos días un curso que grabaré esta próxima semana y lanzaré de forma inmediata a modo regalo, por el simbólico precio de tan solo 25€ para que todos aquellos que lo deseen puedan tener acceso, sin ningún tipo de limitación económica.
Ahí te compartiré un ejercicio de gestión emocional ante la muerte, tanto para adultos como para niños.
También estará acompañado de otros 6 ejercicios con la intención de facilitar este confinamiento obligatorio, estrechar lazos familiares y sanar viejas heridas que no resuenan en nuestro tiempo presente.
En honor a Pilar, que la Luz
de tu preciosa Alma nos ilumine en esta oscura noche.
Algún día nos pintaremos las uñas sobre las estrellas 
Gracias, por ser.
Muchísimas gracias por esta hermosa reflexión querida Alma y especialmente las palabras del final. Seguro que habrá sonreído al leerlas.
Un abrazo de corazón a corazón!!
Seguro que si, otro ?